jueves, 31 de julio de 2014

Psicólogos... ¿un recurso para mí?


Cuánto desconocimiento hay de la labor que realizan los psicólogos!! Durante años he escuchado reticencias a acudir al psicólogo porque... "yo no estoy loco" o porque creemos que van a psicoanalizarnos y sacar cosas olvidadas de nuestra infancia. Mi gran fortuna es haber trabajado con 3 fantásticas psicólogas que me han enseñado el rigor, seriedad y utilidad de esta profesión y el gran recurso que supone para el bienestar de las personas.

Mónica Peralta CortegosoPara hablar de este tema me he querido acompañar de una gran compi, Mónica Peralta (@MonicaPeralta_), psicóloga y psicooncóloga con la que he trabajado y participado en diferentes proyectos. He aprendido muchísimo de ella y si tenéis la ocasión de participar en un taller suyo, ni lo dudéis!!!

Quizá una de tus dudas sea cuándo es recomendable acudir a un psicólogo. Debemos tener en cuenta que por el hecho de recibir un diagnóstico, tener una enfermedad o sentirnos tristes no tenemos porqué acudir a terapia psicológica. Mónica nos comenta que es aconsejable "cuando exista un malestar psicológico que se intensifica o se prolonga con el tiempo. Eso no significa que estemos mal de la cabeza, ni que seamos raros o débiles; en la mayoría de los casos todos los pacientes disponemos de recursos para el afrontamiento, aún así, existen momentos en los que podemos sentirnos incapaces de tomar decisiones, de comunicarnos, de pensar con claridad, de conciliar el sueño, de disfrutar...".

Pero, lamentablemente, el psicólogo no tiene una barita mágica con la que solucionar todos los problemas. Entonces, ¿cómo puede ayudarnos? Pues como bien dice Mónica, el psicólogo será un gran aliado tuyo que te orientará acerca de las estrategias más y menos eficaces para que puedas adaptarte a la enfermedad adecuadamente y mejorar tu calidad de vida. "Nos ayudará a aliarnos con nuestros recursos y a empezar a poner en marcha estrategias que favorezcan la adaptación y bienestar, acercándonos a la calidad de vida que buscamos". Estarás viendo que en esta relación psicólogo-paciente juegas el papel más importante.

El psicólogo no trabaja solo, no corre por nosotros, sino que te acompaña, orienta y ayuda a gestionar tus emociones proporcionando técnicas adecuadas a ti y a tu situación. 

¿Y en qué consistirá el apoyo psicológico? ¿Cómo trabajaremos juntos? Nos lo explica perfectamente Mónica:

Durante las primeras sesiones el profesional necesitará realizar una evaluación para conocer la situación y detectar las necesidades que se presenten. El resultado de esta evaluación, será compartido contigo y es cuando comienza el trabajo en equipo. A veces, solo será necesario una o varias sesiones orientativas, por ejemplo, para ofrecer pautas sobre cómo hablar con los niños, los padres, la pareja, sobre la enfermedad y nuestras emociones; en otras ocasiones se recomendará una terapia más continuada en el tiempo, fijando una serie de objetivos sobre los que previamente acodaremos trabajar (síntomas de ansiedad, depresión, alteraciones del sueño, estrés, inquietudes existenciales, etc.) A medida que vayamos trabajando sobre ello, iremos notando una mejoría y cuando ambos estemos de acuerdo en que se han alcanzado los resultados que se propusieron, después de unas sesiones más espaciadas y de refuerzo, nuestro trabajo con el psicólogo seguramente se verá concluido. Igualmente debemos tener en cuenta que esto puede variar, dependiendo del tipo de terapia. Si nunca antes hemos ido a un psicólogo no dudemos en preguntarle cómo vais a trabajar, pues lo importante es que te sientas cómodo y en confianza para poder obtener resultados óptimos que repercutan en tu calidad de vida. 

Y si eres familiar o cuidador de un paciente, no estás exento de poder necesitar un apoyo profesional para lograr un mayor bienestar emocional. En la conversación con Mónica me comentaba algo que estoy convenido que ya sabrás, la enfermedad cambia hábitos y prioridades de toda la familia, y suele generar situaciones de estrés. Por tanto, si tienes una gran carga emocional, Mónica te propone considerar acudir a un psicólogo que te ayude a manejar la situación y tus emociones.

Para dar lo mejor de ti es necesario mantener un estado óptimo 
y tu bienestar es muy importante. 

¿Dónde acudir para un primer asesoramiento? Muchos hospitales cuentan ya con un servicio de psicología, por lo que no dudes en preguntar para pedir cita. Y además, muchas asociaciones de pacientes cuentan con psicólogos que también te prestarán apoyo de forma gratuita. Como recomendación, te propongo acudir a profesionales especialistas en tu enfermedad ya que conocerán mejor tu proceso médico. No debo olvidar tampoco que existen muchas consultas privadas de psicología. No son gratuitas pero quizás te merezcan la pena por diferentes motivos como por ejemplo cercanía a tu domicilio o que las consultas se adaptan mejor a tus horarios.

Hay muchos más temas que tratar en este sentido pero eso lo dejamos para más adelante en la que abordaremos con Mónica cuestiones como las técnicas empleadas, algunos consejos prácticos o consideraciones en la relación paciente-psicólogo.

Para contactar con Mónica Peralta: 
peraltamonica1@gmail.com - Linkedin - Twitter



viernes, 18 de julio de 2014

Grupos de ayuda mutua: la confianza como recurso


Si preguntásemos el papel principal que juega una asociación de pacientes, muchas personas quizás dirían que es poner en contacto a personas que conviven o han convivido con una misma enfermedad. Es, sin duda, uno de los principales propósitos de una asociación y, para fomentar la relación entre ellos, en ocasiones se promueven los grupos de autoayuda o ayuda mutua.

¿Has participado en alguna ocasión en un grupo de este tipo? Hay opiniones para todos los gustos pero yo soy un claro defensor de esta actividad siempre que esté bien ejecutada ya que puede tener sus riesgos.

¿Qué te puede aportar un grupo? Un espacio de confianza, de respeto y de confidencialidad, donde poder desahogarte sin miedo a ser juzgado y sin temor a dañar a la persona que escucha lo que quieres decir. Es normal que calles cosas ante personas que quieres, muchos lo hacemos, y los grupos son espacios muy idóneos para expresarte y recibir consuelo o consejo si es lo que pides. Además es un fantástico recurso para compartir experiencias y recomendaciones. Y también, compartiendo haces que la soledad no lo sea tanto.

¿Qué debo tener en cuenta? En primer lugar, conviene reflexionar antes de participar en un grupo de ayuda mutua. Quizás no es el mejor momento, puede que no estés preparado para hablar o escuchar determinadas cosas, o tal vez te sientas presionado a hacerlo por un ser querido. Para que el resultado sea positivo debe ser una decisión individual, voluntaria y meditada. No obligues a tu pareja/hermano/amigo... a participar!!! Probablemente resultará contraproducente para vosotros y para el grupo.

Por otro lado, ten en cuenta que en el grupo existen unas reglas que deben ser respetadas y que se resumen principalmente en el respeto hacia los demás participantes. Este tipo de grupos son autónomos pero es fundamental que sepa gestionarse adecuadamente. Por ello, siempre creo que debe existir una figura de mediador que sepa coordinarlo. No tiene porqué ser siempre la misma persona y será necesario que se cerciore de que el grupo sepa crear un ambiente cálido y actúe como dinamizador y supervisor. Una entrevista previa con alguna de estas personas te ayudará a tomar la decisión sobre si el grupo es idóneo o no para ti.

Yo mismo participé en estos grupos después de mi enfermedad y, posteriormente, los coordiné. Y he podido comprobar los efectos positivos que puede llegar a tener. Pero cuidado, también he tenido experiencias en la que el resultado no ha sido tan positivo por la dependencia al grupo y la gran influencia que generaban los comentarios en la propia persona. La clave es tener claro lo que uno busca en el grupo, saber abandonarlo cuando se haya logrado, y sentirse cómodo con la dinámica y los componentes del grupo. 

¿Nos cuentas tu experiencia u opinión?

lunes, 14 de julio de 2014

Paciente y médico: una relación de dos


La salud... qué importante es!! Entonces... ¿por qué a veces nos quedamos callados y dejamos que el médico tome las decisiones por nosotros?

Son muchas las voces que reclaman/reclamamos un papel más activo del paciente en su proceso. Yo mismo no me canso de decir que cada persona debería poder acceder a toda la información y tener el derecho a tomar sus decisiones sin ser ser juzgado por las mismas. Pero como ex-im-paciente también sé que no todo es tan fácil como a priori parece.

Pregunta a tu médico, no te quedes con dudas!! Pero... ¿y si no me veo con fuerzas de preguntar por miedo a la respuesta?, ¿y si no quiero preguntar determinadas cuestiones en frente de mi familiar?, ¿y si me da miedo la reacción del médico?, ¿y si pregunto una estupidez?, ¿y si...? 

Es muy fácil hablar cuando no lo has vivido desde dentro. La relación médico-paciente es más compleja de lo que parece pero, sin lugar a dudas, conseguir entablar una buena comunicación es uno de los grandes recursos con los que puedes contar.

A continuación, te propongo una serie de recomendaciones, confiando que se ajusten a tu situación y te sean útiles:

  1. La relación médico-paciente es responsabilidad de los dos. Cada médico y cada paciente es distinto por lo que debes de poner de tu parte para ganarte su confianza igual que él debe ganarse la tuya. No se trata de que seáis amigos sino que os entendáis y respetéis. 
  2. Es normal bloquearse en el tiempo de consulta. Poco tiempo y muchas emociones entran en juego. Anota todas tus preguntas y preocupaciones en un papel y ordenalas por orden de importancia. Quizás no tengas tiempo de resolver todas, pero sí las más prioritarias. 
  3. Confía en tu médico. Eso no significa ceder la responsabilidad y confiar a ciegas, pero sí que como profesional médico necesita cierto aval por tu parte para poder hacer su trabajo. Si algo no te cuadra, pregúntalo pero no cuestiones su profesionalidad. Su respuesta te ayudará a entender sus acciones. 
  4. Relación entre iguales. El médico ha estado tradicionalmente en un estatus elevado generando relaciones asimétricas entre pacientes y médicos. Eso se ha acabado!! Es una relación de tú a tú en el que tienes voz y voto. Cuesta entender que debajo de una bata blanca hay una persona normal, pero es así!! 
  5. Si no entiendes algo, no temas en preguntar!! Es habitual que los médicos usen terminología técnica. Ahí entra la habilidad de cada uno de explicar las cosas en un lenguaje comprensible. A veces el miedo a parecer ignorante en un tema hace que no preguntemos y es un gran error!
  6. Mentir por complacer. Con tal de que el médico no nos eche la bronca podemos llegar a decir que nos hemos tomado las pastillas que nos recetó. Sí, somos así, o mejor dicho, muchos somos así ;) Es un error que puede afectar a nuestra salud. Sé sincero porque sin datos reales no puede hacer su trabajo de forma adecuada. 
  7. Familiares en consulta: Es muy recomendable acudir acompañado a consulta porque 4 ojos ven más que 2!! Si sales de consulta sin recordar todo lo que ha dicho el médico, tranquilo, no estás perdiendo memoria. Es normal probablemente por el nivel de estrés que supone ese tiempo en consulta. Acudir con otra persona ayudará a recopilar más información y a una interpretación más objetiva. De igual forma, es un apoyo especialmente cuando recibimos malas noticias. Eso sí, ten la confianza de decirle que quieres entrar solo a hablar con el médico cuando así lo quieras. El acompañante debe ayudar, no ser una carga, por eso es tan importante elegir bien la persona que vaya contigo. 
  8. Errar es humano: El médico puede tener un mal día, una mala reacción o una contestación fuera de lugar en alguna ocasión. No pretendo excusar estas reacciones pero recuerda que todo erramos en alguna ocasión y muchos de ellos están viviendo situaciones complicadas en sus hospitales que hacen que, en ocasiones, puedan tener un gesto equivocado. Pero reitero que no hay que excusarlo y, en esa situación, deberías al menos recibir unas disculpas posteriormente.
  9. Si no te encuentras a gusto con tu médico porque no resuelve tus dudas o por una actitud negativa que tenga, recuerda que tienes derecho a cambiar de médico. He conocido a varios pacientes que han aguantado verdaderos suplicios cada vez que acudían a consulta. No tienes porqué hacerlo. Es poco habitual pero si sucede plantea un cambio de médico.
Paciente y médico: una relación de dos. ¿Es así? Sin duda pero entran en juego otras figuras que se debatirán en otras entradas. 

¿Algún otro consejo en la relación médico-paciente?

martes, 8 de julio de 2014

Pisos de acogida: Un salvavidas para las familias

Que el tener una enfermedad genera mayores gastos en el día a día seguro que no es algo que te sorprenda. Pero este es el "efecto secundario" más desconocido para las personas que no han convivido con una enfermedad seria. Pueden intuir que si enferman habrá secuelas físicas e incluso emocionales, pero no siempre se conoce el impacto que puede tener en el bolsillo del paciente y su familia.

Uno de los momentos del proceso de la enfermedad en los que la familia afronta mayores dificultades económicas es cuando debe trasladarse a otra localidad para recibir el tratamiento, más aún cuando se trata de largas estancias. El pago de un alquiler, la comida, los desplazamientos... se suman a otro tipo de "costes" que vive la familia al tener que separarse de su entorno, más ligado a cuestiones emocionales, familiares y sociales.


¿Qué hacer en esa situación? Un fantástico recurso son los pisos de acogida. A través de ellos, puedes acceder de forma gratuita a un alojamiento en la ciudad en la que recibes tratamiento. Normalmente están ubicados cerca del hospital y aspiran a crear un ambiente cálido y hogareño para que os sintáis como en casa. Además, muchos ofrecen servicios de apoyo constante para las familias. No se trata de ofrecer un servicio de alojamiento y punto, sino que procuran ofrecer un servicio integral para que os sintáis acompañados en todo momento.

Menos mal que tenemos las asociaciones de pacientes y otras ONGs!! Ellas son las que habitualmente realizan la gestión de estas residencias que nacen del fruto de convenios con entidades públicas o privadas.

Si estás pensando en solicitar un piso de acogida ten en cuenta una serie de cuestiones:

  1. ¿Aceptarán mi solicitud? No siempre. Normalmente hay lista de espera y existen varios requisitos y criterios de prioridad. Ten en cuenta que estos pisos están pensados preferentemente para familias que tengan mayores dificultades económicas.
  2. Cada piso va dirigido a un grupo de personas concreto, no sólo en función de la enfermedad sino también encontrarás pisos que son sólo para pacientes, o para familiares o para ambos. También hay algunos que están centrados en enfermedades infantiles específicamente.
  3. Existe coordinación entre la asociación que gestiona el piso y el hospital de destino. Eso favorece la derivación de los casos más urgentes. 
  4. En algunos casos, la residencia se debe compartir con otras personas por lo que existen una serie de normas de convivencia que deberás respetar.
  5. Lamentablemente no todas las ciudades cuentan con este recurso.
  6. No olvides que los hospitales cuentan con un servicio de Trabajo Social que normalmente está en las unidades de Atención al Paciente. Podrán ofrecerte información y gestionar el acceso a este recurso.
A continuación encontrarás diferentes entidades que ofrecen pisos de acogida. No están todas por lo que, como se dice en el punto anterior, no dudes en consultarlo con tu asociación de pacientes o el trabajador social de tu hospital:

  • Fundación Josep Carreras dispone de 6 pisos de acogida en Barcelona y además existe un convenio entre el Hospital infantil Sant Joan de Déu y NH Hoteles a través del cual puedes optar a una habitación de hotel cercano al hospital. Habitualmente es para personas con enfermedades oncohematológicas que acudan para un trasplante de médula ósea. 
  • Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Baleares (ASPANOB) cuenta con pisos en Barcelona y Palma de Mallorca para familias que deban trasladarse de Baleares para tratamiento oncológico de un menor. Siempre que la ocupación lo permita, se abre la posibilidad de acoger a menores con politraumatismo, enfermedad rena, anorexia o accidente de tráfico. 
  • "A Pleno Pulmón" ofrece un piso en Córdoba para las personas de Andalucía que deban trasladarse allí a hacerse un trasplante de pulmón. Cuando no hay personas trasplantadas, puede acoger a familiares de aquellas personas que se encuentren en la UCI.
  • Asociación Española contra el Cáncer (AECC) es la entidad que más pisos de acogida ofrece para pacientes con cáncer y sus familias. Existe este recurso en Albacete, Badajoz, Baleares, Burgos, Cáceres, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Madrid, Málaga, Navarra, Oviedo, Salamanca, Sevilla, Tenerife, Valencia, Valladolid y Zaragoza. 
  • Casa Ronald McDonald ofrece pisos para familias cerca de hospitales en Barcelona, Málaga y Valencia. 
  • Menudos Corazones ofrece alojamiento gratuito para familias con niños o jóvenes con cardiopatías a través de cuatro pisos de acogida en Madrid y de tres habitaciones en el Hotel NH Alcalá gracias a un convenio firmado con el grupo NH Hoteles.
¿Conoces más piso de acogida? Compártelo con nosotros!

jueves, 3 de julio de 2014

Consentimiento informado: derecho del paciente, deber del médico

El consentimiento informado es aquello que nos hacen firmar para que el hospital y el médico tengan cubiertas las espaldas en caso de que suceda algo imprevisto. ¿Es así? La respuesta es clara... NO!! Pero esta idea la tienen más personas de las que podamos imaginar y, si no lo crees, basta con preguntar a la gente de vuestro alrededor.
El consentimiento informado no es un derecho del médico, es un derecho del paciente y por tanto un deber del profesional médico. Está contemplado en la Ley 41/2002, del 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica y lo define como la conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud
Esta definición expresa algo muy importante. El consentimiento informado no es sólo un documento, sino que debe ser entendido como un proceso de comunicación activo entre el médico y el paciente, a través del cual tú, como paciente, dispones y comprendes toda la información necesaria para poder tomar una decisión y optar, o no, por dar el consentimiento a participar en una prueba diagnóstica o tratamiento. Si cambias de idea, ten en cuenta que este consentimiento podrá ser revocado en cualquier momento.
Pero, ¿qué necesito saber? Para tomar una decisión reflexionada conviene conocer en qué va a consistir el procedimiento, su finalidad, los motivos, los riesgos o las contraindicaciones y, algo muy importante, si existen otras opciones disponibles. Si el médico no te ofrece esta información, no dudes en preguntarlo. También te propongo tomarte el tiempo necesario para tomar la decisión y estudiar el documento de consentimiento informado. Recuerda que puedes llevártelo a casa y así anotar todas las dudas que tengas. 
Y ahora quizás te preguntarás por qué no has firmado ese documento en algunas ocasiones.Tiene fácil respuesta. La mayor parte de procedimientos médicos solo requieren que el consentimiento se preste de forma verbal. Solo será necesario por escrito cuando se trate de intervenciones quirúrgicas, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores, y siempre que implique potenciales riesgos o inconvenientes para tu salud. Pero no restemos importancia al consentimiento verbal, es también muy importante y siempre es recomendable no quedarse con dudas. Es tu salud, ¿hay algo más importante? No tengas miedo al médico, ya no están en ese pedestal al que todos les subimos, y siempre podrás encontrar profesionales cercanos y con una clara vocación por la salud de sus pacientes. Y si no es el caso... cambia de médico! Tienes esa opción, tenlo en cuenta.

También debes saber que existen algunas excepciones al deber del médico de obtener el consentimiento del paciente. Están reguladas por ley y contemplan aquellas situaciones en las que existe riesgo para la salud pública o cuando hay un riesgo grave e inmediato para la salud física o psíquica del paciente y no es posible conseguir su autorización. 
El consentimiento informado es un tema complejo para abordarse en un único post. ¿Y si no quiero recibir información? ¿Cómo revocar mi consentimiento? ¿Qué papel juegan los familiares en el acceso a la información? Muchos temas que se abordarán en el blog más adelante. ¿Qué  otras cuestiones te gustaría que apareciesen?